Antes de hacer la interminable lista de cosas, ropas y trastos innecesarios que hay que meter en la maleta (al que dedicaremos una golosa entrada más adelante...), previa sugerencia de la señorita Didi y post confirmación de Chiado... hay que solventar un primer problema.
La querida compañera de piso, Miss Pelusa (en deferencia a Lili), tiene un ligero incoveniente con el hecho de quedarse sola durante 10 días. La solución puede parecer sencilla, dado que se lleva bastante bien con mi "ma", que en su casa goza de más libertad en cuando a campo verde para correr y que el otro habitante felino de la casa Polvorón está encantado de compartir espacio vital por unos días... pero: ¿Cómo llevar a un minino de una casa a otra? Ya os veo pillines estais pensando; esta es tonta, pues en un trasportín. Ja ja ja no es tan sencillo como pudiera parecer.
Digamos que desde le principio del principio el trasportín y Miss Pelusa no han tenido una agradable relación, bueno ni agradable, ni fácil, pero dsede el último fin de semana que me vi obligada a hacer uso de ello ha termino por ser sumamente desagradable. Digamos que desde entonces al ser vivo en cuestión le entran unas ganas locas de orinar en dicho reducido espacio. No creo que haga falta detallar las consecuencias de tal evento.
Intentando evitar que tan inaceptable comportamiento (por su propia salud evidentemente) se convieta en un desagradable hábito, me veo en al necesidad de buscar ayuda psicológica de un esperto en la materia. Resumiendo que esta semana sin falta tengo que pasar por la consulta del señor veterinario para ver si me da alguna idea... y luego que haya quien se no crea que los animales no son como las personas!!
La querida compañera de piso, Miss Pelusa (en deferencia a Lili), tiene un ligero incoveniente con el hecho de quedarse sola durante 10 días. La solución puede parecer sencilla, dado que se lleva bastante bien con mi "ma", que en su casa goza de más libertad en cuando a campo verde para correr y que el otro habitante felino de la casa Polvorón está encantado de compartir espacio vital por unos días... pero: ¿Cómo llevar a un minino de una casa a otra? Ya os veo pillines estais pensando; esta es tonta, pues en un trasportín. Ja ja ja no es tan sencillo como pudiera parecer.
Digamos que desde le principio del principio el trasportín y Miss Pelusa no han tenido una agradable relación, bueno ni agradable, ni fácil, pero dsede el último fin de semana que me vi obligada a hacer uso de ello ha termino por ser sumamente desagradable. Digamos que desde entonces al ser vivo en cuestión le entran unas ganas locas de orinar en dicho reducido espacio. No creo que haga falta detallar las consecuencias de tal evento.
Intentando evitar que tan inaceptable comportamiento (por su propia salud evidentemente) se convieta en un desagradable hábito, me veo en al necesidad de buscar ayuda psicológica de un esperto en la materia. Resumiendo que esta semana sin falta tengo que pasar por la consulta del señor veterinario para ver si me da alguna idea... y luego que haya quien se no crea que los animales no son como las personas!!
Seguramente, le mandará un tranquilizante, que la relaje; eso nos mandaba a nosotros para vacunar al Zapo, el alano grandote, porque en caso contrario, no había manera de que se estuviera quieto. Suerte y al....gato ;D
ResponderEliminarJaja, no hay más remedio que acostumbrarla.
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